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 ¡Peligro! ¿Dónde Pasarás la Eternidad?

Esta pregunta solemne te está mirando fija­mente a la cara. Los días están pasando rápidamente. Pronto serás llevado a la Eternidad. ¿La pasarás en el cielo con el Señor Jesucristo, o en el infierno con el diablo y sus ángeles? No tienes ninguna otra opción.

Te ruego que aceptes a Cristo antes que el día de la gracia se termine. Acepte el ofrecimiento de la salvación de Dios así como eres. Dile que eres un pecador y que le quieres como tu Salvador. Cada segundo del reloj nos está acercando más a la ETERNIDAD. Cristo está tocando ahora a tu corazón.

¡AHORA!, no mañana. No, querido amigo, mañana puede ser demasiado tarde.

“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día” (Proverbios 27:1).

La muerte puede reclamarte en cualquier momento. ¿Estás preparado para conocer a un Dios santo? “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”(Hebreos 9:27). “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lan­zado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15).

El libro de la vida

Dios guarda los libros. Tu nombre puede estar escrito en la lista de la iglesia, ¿pero está escrito en el libro de la vida del Cordero en el cielo? Te ruego que contestes AHORA seriamente, esa pregunta importante.

¡Eternidad! ¿Dónde? ¡Oh, amigo, ten cuidado! Porque pronto Dios, ya no contendrá más Su juicio. ¡Eternidad! ¿Dónde? ¡Oh! ¡Eternidad! ¿Dónde?

Este día puedes decidir tu Eternidad: ¿Dónde?

Pronto el Salvador vendrá por los Suyos en el aire: Entonces no duermas, hasta que contestes a esta pregunta — eternidad: ¿Dónde?

Pare y piense por un momento lo que Cristo hizo en la Cruz del Calvario para tí y para mí, merecedores del infierno, pecadores como somos. Él llevó el juicio y la ira de Dios. Él derramó Su sangre preciosa para limpiarnos de todos nuestros pecados y para hacernos aptos para Su presencia.

 

El costo inmenso

Piense lo que costó al Señor de gloria venir en este mundo, arruinado por el pecado, para morir y para que podamos vivir con Él en el cielo. Todo esto fue un amor maravilloso.

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).“Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”(Marcos 8:36). “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31). “Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Un evangelista una vez pidió a un guarda de la prisión permiso de visitar a un criminal que iba a ser colgado la mañana siguiente. El guarda le dijo que él podría permanecer solamente tres minutos con el hombre. Él le citó Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Él también citó otros versículos de la escritura, y al final de los tres minutos él le dejó.

El siguiente día el siervo del Señor escuchó que el preso murió con la palabra “Jesús” en sus labios. Él confesó que era un pecador y que necesi­taba un Salvador, y Dios, en Su gracia maravillosa, le salvó en el último momento—justo cuando estaba entrando a la eternidad.

Pueda este acontecimiento despertarte en tu recorrido hacia allá y te haga volver al Señor Jesús. Él está listo y dispuesto a salvarte tal como eres. Él no puede DARTE una oportunidad de ser salvado en el último momento, como Le hizo al pobre criminal. El tiempo de Dios es AHORA para ti.

Tú puedes decir, “Bien, yo hago lo mejor que puedo, voy a la iglesia.” Sí, pero las buenas obras y el asistir a la iglesia a nadie salvan. La salvación viene solamente a través de poner tu confianza en el Señor Jesús quién murió por los pecadores. Todas tus buenas obras son como trapos de inmundicia a la vista de Dios (Isaías 64:6).

Te ruego una vez más que aceptes a Cristo como tu Salvador ahora, después pueda ser muy tarde.

 

Courtesy of Bible Truth Publishers

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